Desde el mismo momento en que un bebé empieza su vida en el vientre materno, se encuentra profundamente conectado emocionalmente, principalmente a su Madre y también a su Padre. Durante los primeros tres años de su vida, la formación neurofisiológica del niño se desarrolla y su identidad se entrelaza con estos vínculos primarios. Esto significa que nuestros hijos son un reflejo de la dinámica familiar en la que nacen. No son ellos quienes enferman, sino que a menudo somos nosotros, los padres, quienes influimos en su salud, a veces llevando a cabo reparaciones de Patrones Disfuncionales.
No se trata de culparse, sino de ser conscientes de que nuestras emociones y sentimientos influyen directamente en nuestros hijos. Ellos actúan como espejos que reflejan lo que sucede en su entorno familiar. Aunque pueda parecer asombroso, si reflexionamos sobre la unidad que existe entre el bebé y la madre, comprenderemos la importancia del "Proyecto Sentido".
“Todo lo vivido por Mamá y Papá durante mi gestación determinará mi existencia”.
El bebé asimila como propias las experiencias emocionales de su Madre y de su Padre, tanto las que se expresan como las que permanecen no dichas. Esto da forma al "Proyecto Sentido".
Liberar y Transformar nuestro "Proyecto Sentido" tiene un efecto reparador: esto sucede porque el inconsciente busca expresarse y, al hacerlo, desactiva los patrones disfuncionales.
El "Proyecto Sentido" tiene múltiples facetas y contiene muchos programas que resurgirán en la vida adulta debido a las lealtades familiares, por “Amor Ciego”.
Liberar y Transformar nuestro Proyecto Sentido es esencial para vivir nuestra vida con libertad y sin limitaciones.
Algunas implicancias del Proyecto Sentido:
Ojalá que sea niño
Que sea Médico como su abuelo
Que sea docente, ya que yo no pude serlo
Que me cuide en la vejez
y muchas otros más.
¡Te invito a sumarte a la familia de la Experiencia del Ser!
Con Amor y Gratitud
María del Carmen y Mariana
